Este país ha sido bendecido por el cielo y la tierra. Parecen haberse confabulado, para que el turismo rural en España sea algo más que espectacular y prodigioso. Antes que cualquier consideración, queremos advertir que, en la medida de lo posible, no haremos alusión expresa a nombres propios, porque pecaríamos de injustos. Cada rincón de este país rebosa de naturaleza, de una “explosión de colores”, de un legado histórico indescriptible y de una expresión artística que será inolvidable para los afortunados visitantes.
Con toda la justeza del caso, España es el cuarto país más visitado del mundo, por parte de turistas extranjeros de todas las edades, nacionalidades, razas, creencias religiosas y demás. De sur a norte, de oriente a occidente y en las provincias de ultramar, España ofrece de todo y para todos los gustos, exigencias y necesidades, casi que sin excepción de ninguna índole. Sin hacer mención de las fastuosas ciudades, porque esta publicación está dedicada al turismo rural en España, es preciso mencionar la infinidad de Parques Naturales, los fastuosos y enormes picos y montañas y mucho más.
Las playas del Mediterráneo, del Cantábrico, de Tenerife y Baleares, parecen haberse rendido a los pies de un Rembrandt inmortalizado, de un Salvador Dalí más grande que los grandes y de los poemas eternos de Antonio Machado.
ESPAÑA: NATURALEZA PURA EN CADA RINCÓN.
Todas las tonalidades del verde, habidas y por haber en la naturaleza, disponen una suerte de danza infinita en escenarios como los Picos de Europa y los cientos de valles de ensueño, adornados por miles de ríos y coquetos riachuelos. Miles de formas y colores delinean impresionantes formaciones kársticas, que te hacen sentir en un planeta imaginario. Patrimonios de la Humanidad, Reservas de la Biosfera, Parques Naturales, Parques Nacionales y toda una serie infinita de espacios naturales protegidos, albergan vida de todas las especies, formas y colores.
Si Mozart retornase del más allá, se deleitaría con la inspiración que encontraría en las playas, los lagos y los humedales españoles, que ofrecen aguas azules, verdes, turquesas e incoloras por su transparencia que permite avizorar la vida que albergan. La flora y la fauna autóctonas de España, te permite disfrutar de un “derroche” de todos los tamaños y texturas. Almendros, olivos, robledales, olmos y cerezos, tapizan los suelos con el amarillo, el ocre, el verde, el rojo y más. En medio de esta fantasía prodigiosa, viven plácidamente cabras, ciervos, jabalíes, águilas, buitres, osos, lagartos de colores y toda una pléyade de especies propias de estas tierras bendecidas.
EL TURISMO RURAL EN ESPAÑA, TE OFRECE MILES DE PUEBLOS DE ENSUEÑO.
Como recita Joan Manuel Serrat, “colgado de un barranco duerme mi pueblo blanco…”, este país privilegiado cuenta con más pueblos que arenas en el mar. Rodeados de un entorno casi que irreal, emergen miles de poblaciones detenidas en el tiempo, como si en España, esta dimensión hubiese decidido caducar hace miles de años. La lejana Edad Media, incrustada en el tiempo como un enorme legado místico y severo, dejó sus huellas imborrables para la posteridad en España. Villas medioevales con calles, plazas y balcones pincelados, abundan por doquier.
Esa extraña sensación que nos acoge a todos, de haber “estado aquí”, cuando apreciamos un “óleo tridimensional” de la Edad Media, se apoderará de ti en cuanta provincia y comarca visites. El turismo en los parajes españoles, te brinda Monasterios apacibles, Ermitas para soñar con un “viaje en el tiempo al pasado”, tranquilos y preciosos Conventos e Iglesias y Basílicas majestuosas. Si nombrásemos uno en específico, la justicia y la equidad protestarían porque “existen miles de igual o superior belleza”. Pero, la Edad Media no se lleva todos los laureles, por supuesto.
La mismísima prehistoria le dedicó un amplio capítulo a estas tierras portentosas. Creaciones humanas de la Edad de Piedra, de la de Bronce y de la de Hierro, además de las increíbles pinturas rupestres, abundan por doquier. Los romanos, que alguna vez decidieron apoderarse de un tesoro llamado “La Hispania”, dejaron vestigios de su prodigiosa ingeniería: fortificaciones, villas, acueductos, puentes y demás, son indiferentes al paso del tiempo.
ESPAÑA ES SINÓNIMO DE TURISMO ACTIVO.
En este país, no solo hay espacio para tus extasiados ojos. Nuestra infraestructura turística es de las más importantes de mundo, sin exageraciones de ninguna clase. Abundan los hoteles y hostales maravillosos, que te invitan a quedarte a vivir allí. El senderismo, la escalada y las rutas en bicicleta o a caballo, te permiten conocer, en detalle, cuanto rinconcillo poético pueda existir.
Las actividades acuáticas son el delirio de propios y extraños. En medio de playas blancas y aguas de colores, podrás practicar el piragüismo, la vela, el submarinismo y mucho más. Y, por supuesto, la generosidad de los habitantes de pueblos y parajes del interior y el litoral, hace que el turismo rural en España sea aún más espléndido.