El amor, tan brillante al principio,
se convierte en sombra cuando se desvanece.
La promesa de un «para siempre»
se rompe con el peso del olvido.
Los días llenos de promesas dulces,
se tornan fríos como el viento de invierno.
Mis sueños se desvanecen entre tus palabras,
y el «te quiero» ya no suena sincero.
Creí en tus ojos, creí en tu voz,
pero ahora solo hay silencio y vacío.
El amor que compartimos era fuego,
pero como las llamas, se apagó sin aviso.
Y aunque en mi pecho aún guardo algo,
ese algo ya no es suficiente para seguir.
La desilusión se ha instalado en mi alma,
y todo lo que me quedaba es partir.
Ya no te busco en cada rincón,
ya no espero tus caricias al final del día.
El amor se fue, y con él,
se fue también la esperanza en mi vida.
Este es el final de lo que fue hermoso,
el cierre de un capítulo lleno de dolor.
La desilusión amorosa me ha dejado huella,
pero también me ha enseñado a sanar mi corazón.