Objetos ‘inteligentes’ que son más tontos que tu cuñado

Tecnología con wifi... pero sin sentido

objetos inteligentes inútiles

Vivimos en una era donde todo lleva wifi, Bluetooth o una app. Desde cepillos de dientes hasta tostadoras, el mundo se ha llenado de lo que llaman «tecnología inteligente». Pero, siendo sinceros, muchos de estos objetos inteligentes son tan inútiles que no pasarían ni una entrevista con tu cuñado (y eso ya es decir). En este artículo, vamos a repasar algunos de los dispositivos más absurdos que pretenden revolucionar nuestras vidas… pero solo nos hacen perder dinero y paciencia.


1. El cepillo de dientes con Bluetooth

Sí, existe. Y no limpia mejor los dientes, simplemente te da datos: cuánto tiempo te has cepillado, con qué intensidad, qué zonas has descuidado… ¿Y sabes qué? Luego igual no lo usas más. Porque si necesitas una app para saber si te lavas bien los dientes, probablemente tengas problemas más serios.


2. El salero inteligente

Imagina un salero que se conecta al wifi y que tiene luces LED para decorarte la mesa. Eso sí, no echa la sal si no se lo pides por voz. Y si se cae la conexión, te toca salar a mano. O sea, como toda la vida. Este sí que es más tonto que tu cuñado en Navidad jugando con Alexa.


3. El microondas con app

¿De verdad hace falta una app para calentar las sobras? Algunos modelos de microondas “inteligentes” solo funcionan desde el móvil. Así que si tienes hambre y el móvil está sin batería… ¡a esperar o a comer frío! Este invento parece hecho por alguien que jamás ha tenido hambre de verdad.


4. El peine que analiza tu cabello

¿Te imaginas un peine que te diga que hoy tienes el pelo seco y que mañana está encrespado? Pues ya existe. Eso sí, no te lo peina ni te hace peinados locos. Te da información que ni tú sabes interpretar y que probablemente olvidarás en cuanto lo leas.


5. La tostadora con wifi

Una joya de la estupidez tecnológica. Esta tostadora se conecta a tu móvil para que puedas elegir el nivel de tostado exacto desde la cama. Lo malo es que tienes que meter tú el pan igual, así que sigue siendo esfuerzo. Y cuidado con el pan de molde: si se atasca, no hay app que te salve.


6. La botella de agua que te recuerda beber

Otra maravilla del primer mundo: una botella que se ilumina o te manda notificaciones si hace mucho que no bebes. Porque claro, tu cuerpo no te avisa, ¿verdad? Este es el típico invento para gente que se compra gadgets en vez de beber agua como el resto de mortales.


7. El cubo de basura conectado

Un cubo que te avisa cuando está lleno. ¡Como si no pudieras verlo con tus propios ojos! Algunos incluso hacen el pedido automático de bolsas por Amazon cuando se acaban. Todo muy guay hasta que tu hijo pequeño tira un juguete, y Amazon cree que necesitas más bolsas.


8. El papel higiénico con sensores

Hay versiones futuristas del portarrollos que te dicen cuánto papel queda y te recomiendan cuándo reponerlo. Porque claro, tirar del rollo y ver cuánto queda era muy complicado. Además, este tipo de objeto requiere batería, wifi y actualización de firmware. Todo para… limpiarte el trasero.


9. El cojín inteligente

Este sí que es para flipar. Te mide la postura, la presión, te dice si estás sentado mucho rato… ¿Y qué hace si te sientas mal? Nada. Solo te manda una notificación. Igual que tu madre, pero sin cariño. Algunos incluso tienen calefacción que se controla desde el móvil. Perfecto para olvidarte que está encendido y sudar como en una sauna.


10. El paraguas con GPS

Una de las invenciones más absurdas: un paraguas que te avisa si lo dejas atrás. Porque perderlo ya es casi una tradición. El problema es que cuesta más que cinco paraguas normales… y si lo pierdes también pierdes el GPS. Tonto el paraguas, y más tonto tú si lo compras.


¿Por qué existen estos objetos inteligentes inútiles?

En muchos casos, estos productos se crean más por postureo que por necesidad. Son un gancho de marketing para que la gente piense que vive en el futuro, cuando en realidad lo único que logran es complicar tareas que antes eran simples. Lo más triste es que muchos se venden bien.

La tendencia actual es meter tecnología en todo, aunque no sirva para nada. Lo que antes era una simple herramienta funcional ahora requiere conexión, app y batería. Y aunque algunos sí tienen mejoras reales, muchos solo añaden más puntos de fallo.


¿Cómo evitar caer en la trampa de los gadgets inútiles?

Antes de comprar un “objeto inteligente”, pregúntate:

  • ¿Me hace la vida más fácil o más complicada?

  • ¿Tiene sentido que este objeto esté conectado?

  • ¿Puedo hacer lo mismo sin depender del móvil?

  • ¿Y si se va el wifi?

Si alguna de estas preguntas te hace dudar, probablemente estás frente a uno de esos objetos inteligentes que son más tontos que tu cuñado con dos copas.


Conclusión: no todo lo que tiene wifi es útil

Está bien innovar, pero no todo necesita sensores, apps o notificaciones. Hay cosas que funcionan bien desde hace siglos: una escoba, una cuchara, un abrigo… y no les hace falta batería.

La próxima vez que veas un nuevo gadget “inteligente”, respira hondo y pregúntate si lo necesitas de verdad… o si simplemente es otra forma de tirar el dinero.