Un virus que genera una epidemia mortal la cual ataca como objetivo principal la psicología de los seres humanos; desata una catástrofe social, generando caos y destrucción, haciendo que las personas actúen sin razonamiento, siendo estos capaces de cometer crímenes y actos de violencia sin cuestionamiento alguno, liberando de ésta manera los impulsos más salvajes.
Por otro lado, Derek Cho, un abogado que consigue un puesto con los personajes más altos de una empresa bastante prestigiosa, es traicionado y despedido minutos antes estallar una alerta en el edificio, informándoles a todos que están en cuarentena por el virus. Ésto, desata una serie de batallas sangrientas en una lucha por sobrevivir y encontrar venganza, cuestionando la moralidad del espectador.
Un aspecto bastante interesante de la historia es la trama y el transcurso que esta toma, la cual nos marca reiteradas veces los estándares del orden implementados por la sociedad, los cuales al verse cuestionados; exaltan con el placer y la libertad que los personajes experimentan.
El cuestionamiento de la moralidad es un detalle que en un principio se vuelve bastante llamativo y valioso, pero que al trayecto de los sucesos, se lleva como un aspecto secundario. Algo que además de convertirse en un objetivo repetitivo y sencillo, no va más allá de eso; un mensaje simple y claro transformado en una sátira que también va acompañada de la mano con el exceso de violencia, obscenidades y escenas muy sangrientas que no cualquiera podría digerir.
La música es única y original en su estilo, otorgándole de ésta manera al film un ambiente bastante retro y hasta alucinante en tanto a su estética, la cual transporta al espectador en un nivel de emociones diferentes. Algo que va muy bien acompañado con la película, la cual nos atentaba a las situaciones más épicas y llenas de acción