El signo solar es el lugar del cielo donde se encontraba el sol en el día de nuestro nacimiento, es decir que todas las personas nacidas entre el 21 de marzo y el 19 de abril, pertenecen al signo solar de Aries, quienes nacieron entre el 20 de abril y el 20 de mayo pertenecen a Tauro y así sucesivamente. Pensar que todos esos individuos puedan ser iguales y tener el mismo destino es bastante disparatado. Si bien el signo solar define parte de lo que somos, esa definición es sólo un aspecto de nuestra totalidad. Es así que la astrología considera múltiples factores a la hora de hacer una interpretación. Todos estos factores se encuentran incluidos en nuestra carta astral o carta natal. Para hacernos una imagen, podemos decir que la carta natal es una fotografía del cielo en el momento en el que nacimos y desde el lugar en el que nacimos. Esto implica la ubicación de cada planeta del sistema solar y de la Luna con respecto a las constelaciones que ya conocemos gracias al signo solar (Aries, Tauro, Géminis, Cáncer, etc.). Asimismo, se considera el lugar en el que nacimos para poder determinar las casas astrológicas en las que luego ubicaremos a los planetas, seguramente has oído hablar del Ascendente, este es una línea imaginaria que marca el principio de la primera casa astrológica (que se relaciona con nuestra personalidad, nuestro cuerpo y con la forma en la que nos mostramos).
Describir cada casa y cada planeta así como sus relaciones llevaría un libro completo, si les surge el interés podrán conseguir más de uno en las librerías. Lo importante es decir que no es igual una persona que “es de Virgo” y tiene la luna en Cáncer, que otra con el mismo signo solar pero con la Luna en Acuario, lo mismo puede decirse de cada planeta conocido. La generalización de la interpretación astrológica a través del signo solar ha hecho de este arte un hazmerreír. Tal vez sea hora