Crítica Graciosa del Poema de Amador Rivas: «El Amor es Como un Río que Moja y Salpica»

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Poema Amador Rivas

El Amor es como un rio que moja y salpica y desembucha en el mar.
Navegamos a la deriva y nuestros sentimientos flota entre la sal y las medusas marinas del mar…
Oh el mar… Hogar del Calamar.  

Amador Rivas, el eterno conquistador de La que se avecina, nos regala una obra poética que se podría calificar de… peculiar. En este poema, que parece más un fluir de pensamientos a lo Amador, el hombre compara el amor con un río que moja, salpica y, según él, desembucha en el mar. Si eso no te hace reír, no sé qué lo hará. Vamos a analizarlo, porque ¡el mar no solo es hogar del calamar!

«El amor es como un río que moja y salpica»

Amador, mi amigo, ¿de verdad consideras que el amor es como un río que “moja y salpica”? Tal vez esté haciendo una referencia a esos momentos incómodos y un poco desastrosos del amor, como cuando te lanzas a un beso inesperado y terminas dándole un buen golpe en la nariz a tu cita. El «mojar» y «salpicar» se entiende, pero en cuanto al amor, no sé si esa imagen de río turbulento es lo más romántico. ¡Debería decirse algo más suave, como un suave arroyo, no un torrente desbocado!

«Navegamos a la deriva y nuestros sentimientos flotan entre la sal y las medusas marinas del mar…»

¡Vaya metáfora más profunda! Si navegamos a la deriva, parece que el amor es una embarcación sin rumbo, sin dirección, flotando entre la sal (de las lágrimas, ¿quizá?) y las medusas marinas (probablemente esas sensaciones punzantes y desagradables que sentimos cuando alguien no nos corresponde). Amador nos está diciendo que el amor es un mar lleno de riesgos y traiciones, pero no olvidemos que no todos los mares están llenos de medusas. Algunas veces, en ese océano del amor, se puede encontrar calma… hasta que aparece otra medusa, claro.

«Oh el mar… Hogar del calamar»

Y para rematar con esta joya, Amador se despide del poema haciendo una referencia al calamar, un animal que, por alguna razón, ha encontrado un lugar destacado en su poesía. ¿Acaso Amador está sugiriendo que el amor es tan misterioso y escurridizo como un calamar? ¿O tal vez hace referencia a sus intentos de “pescar” un amor en ese vasto mar de posibilidades? Sea lo que sea, no podemos dejar de reírnos al imaginar al calamar como una figura mitológica dentro del mar amoroso de Amador.

Conclusión:

El poema de Amador Rivas tiene la complejidad de un niño tirando piedras al agua: algo de reflexión profunda, mucha confusión y, por supuesto, unos toques de humor inesperado. No es el mejor poema de amor que has leído, pero es 100% fiel al personaje que lo recita. Si alguna vez te has sentido como un calamar atrapado en el mar del amor, este poema te hará sonreír y pensar que, en el fondo, todos somos un poco como Amador: navegando a la deriva, sin saber muy bien hacia dónde vamos, pero con el corazón lleno de sal y medusas. ¡A veces eso es lo que hace falta para disfrutar del viaje!