En la mayor parte de los casos su economía nunca se supera, porque está tan concentrados en consentir a su hijo, que se olvida de muchas otras cosas que son importantes, como el tiempo de calidad y el hecho de que su hijo nunca conocerá el valor del dinero, hasta que las experiencias de la vida se lo muestren de una forma menos amable.
Lo peor de esto, es que a pesar de todos sus esfuerzos, al final usted será el culpable de que su hijo no sepa afrontar la vida con la educación financiera que usted pudiera proporcionarle. Sentirá que lo merece todo, y no solamente usted tendrá que sobrellevarlo, sino que sus compañeros y maestros también tendrán complicaciones sobrellevar su comportamiento.
Si lo que usted de verdad quiere es el bienestar de su hijo, edúquelo para conseguir todo lo que usted nunca tuvo. Enséñele el valor de su esfuerzo, su sacrificio, que le ayude sin esperar siempre una recompensa. Cuando esté en edad para trabajar, permítaselo, que la apoye un poco, tiene muy altas posibilidades de tener un hijo agradecido, con inteligencia financiera, responsable, feliz. Ese si es un gran regalo, que no todos los padres están dispuesto a dar.
Si quiere hacer un sacrificio, sacrifique esas ganas de pagar con cosas, el tiempo de calidad que les resta. Un niño feliz es aquel que está en compañía de su familia. Dedíqueles tiempo para hacer la tarea juntos, enséñele a dibujar, leer, no todo es responsabilidad de la escuela, siempre son de gran ayuda las enseñanzas del hogar, no le deje todo al mundo sobre la educación de su hijo, porque podría no ser el gran maestro que usted pensaba, sus valores tal vez no coincidan con los del mundo y en la adultez será muy difícil cambiar los malos hábitos que se aprenden con las amistades cuando no se tiene la supervisión de un padre amoroso y preocupado por su hijo.