Cada cuatro años se produce en febrero un evento interesante, el mes se alarga un día más. Esto es lo que se conoce como año bisiesto, y como todo, tiene una explicación.

Años Bisiestos

Un año normal dura 365, pero cada cuatro años hay uno bisiesto, que tiene una duración de 366. Esto es por el día adicional que se le suma al mes de febrero, que pasa a tener 29 días.

La Tierra hace 365,24219 giros en un año, que no es un número entero. Esos decimales equivalen a 5 horas, 48 minutos y 56 segundos. Ese tiempo restante crea un desfase que debe arreglarse.

En la época de Julio César, se dieron cuenta del desfase y para arreglar el fallo, decidieron sumar un día adicional cada cuatro años para así alinearse con el año solar.

Fue de esta manera como nació el calendario juliano, en honor a su impulsor, Julio César. Sin embargo, este no es el calendario que se usa actualmente pues también presentaba pequeñas fallas. En la actualidad utilizamos el calendario gregoriano (desde 1582).

El calendario gregoriano fue ideado por el papa Gregorio XIII, como una manera de “perfeccionar” el calendario existente. Una de las modificaciones fue cambiar el día adicional de los años bisiestos por el 29 de febrero y no el 24, como estaba establecido en el calendario juliano.

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